Conmemoración al alma de España. / Foto: Armando Vázquez
El Teatro Metropolitano de Querétaro fue escenario de una noche inolvidable con la llegada de un espectáculo apasionado que conmemoró a las leyendas del flamenco español
Una noche de arte y pasión se vivió en Querétaro con la llegada del Love Flamenco World Tour, espectáculo internacional que ha recorrido las principales ciudades del mundo llevando consigo la esencia del flamenco.
En esta ocasión, el Teatro Metropolitano fue el escenario donde la fuerza y belleza de esta expresión artística se hicieron presentes, en una velada que transportó a los asistentes al corazón del sur de España.
Desde el primer acorde hasta el último zapateado, el espectáculo ofreció un viaje emocional a través del arte flamenco, rindiendo homenaje a los grandes iconos que forjaron su historia y leyenda:
Paco de Lucía.
Camarón de la Isla.
Enrique Morente.
Lola Flores.
Rocío Jurado.
Porrina de Badajoz.
entre otros.
La propuesta escénica fusionó la danza, el cante y la guitarra en una sinfonía de emociones que atrapó al público queretano desde el primer instante.
Foto: Armando Vázquez
¿Quienes conforman Love Flamenco?
El alma del show se sintió viva en cada palmeo del público, que se convirtió en parte activa de esta experiencia envolvente. Durante más de hora y media, el escenario vibró con la energía del elenco internacional encabezado por:
Vero La India, bailaora granadina de poderosa presencia escénica.
El cantaor Antonio “El Turry”.
El joven talento Juañarito.
El prodigioso guitarrista Marcos de Silvia.
El percusionista Miguel “El Cheyenne”.
Junto a ellos, los bailaores Fuensanta Blanco y Juan Fernández complementaron el elenco, ofreciendo una variedad de estilos que reflejaron la diversidad y profundidad del flamenco.
Cada número fue una historia narrada con el cuerpo y el alma, donde el dolor, el amor, la alegría y el anhelo se hicieron presentes en una conexión íntima con el público.
Foto: Armando Vázquez
Celebración a la vida
Más que un espectáculo, Love Flamenco World Tour fue una celebración a la vida, un testimonio de cómo el arte puede traspasar fronteras y tocar corazones.
La fusión de las influencias gitanas, árabes, judías y andaluzas encontró en Querétaro un público cálido y entregado, que supo apreciar la fuerza y sensibilidad de esta herencia cultural.
La noche en el Metropolitano no solo fue un espectáculo, sino un acto de amor por el flamenco, un tributo al alma de un pueblo y a la universalidad de su arte.
Una velada que quedará grabada en la memoria de quienes la vivieron, como un recuerdo vibrante de España en el corazón de México.