Juan Gabriel Vásquez destaca el poder de la novela para narrar lo que la historia y el periodismo no pueden contar. El escritor colombiano presentó Los nombres de Feliza, en el Hay Festival Querétaro.
En su primera participación en el Hay Festival Querétaro, el escritor colombiano Juan Gabriel Vásquez presentó su más reciente novela, Los nombres de Feliza, una obra que explora la vida real de la escultora Feliza Bursztyn, marcada por la rebeldía, la creación artística y la persecución política.
Vásquez compartió con la prensa que el origen de la novela fue una frase escrita por Gabriel García Márquez en 1981: “Feliza Bursztyn murió de tristeza”.
“Esa frase se me quedó entre pecho y espalda. ¿Por qué se puede decir eso de alguien?”, relató el autor, quien dedicó años a investigar la vida de la artista, construyendo una novela que, además de documentar, da voz a lo que las fuentes no pueden decir: emociones, contradicciones, decisiones íntimas.
Vásquez reivindicó el poder de la novela como herramienta para abordar las heridas de América Latina.
“El motor de mis libros ha sido contar todo aquello que la historia oficial no ha podido o no ha querido narrar”, expresó.
Señaló que tanto en El ruido de las cosas al caer, como en La forma de las ruinas o Volver la vista atrás, ha buscado revelar los lados invisibles del narcotráfico, los magnicidios y las revoluciones.
Sobre Feliza Bursztyn, destacó su lucha contra los prejuicios de género y artísticos.
“Se rebeló con humor y dolor ante un mundo que la menospreciaba por ser mujer y por trabajar con chatarra. También fue perseguida por sus vínculos con la izquierda”. La escultora fue arrestada sin cargos en 1981 y obligada al exilio. Vásquez reflexionó también sobre la contradicción entre la alegría exterior del temperamento latinoamericano y las capas subterráneas de melancolía.
“García Márquez decía que no hay nadie más melancólico que un caribe. Vivimos con una historia de violencia heredada, y a veces respondemos con fiesta y humor”.
Mencionó al dramaturgo ruso Chejov para ilustrar esa ambigüedad. “Si alguien lo pierde todo y se suicida, no hay cuento; si lo gana todo y se suicida, sí. Esa es nuestra complejidad”.
Además de la presentación de su novela, Vásquez participará en una conversación con el fotógrafo Daniel Mordzinski, a quien calificó como “el gran testigo de la literatura latinoamericana”, por su archivo visual de escritores durante más de cuatro décadas.
Desde Querétaro, Juan Gabriel Vásquez reafirmó el compromiso de su generación de escritores con la memoria y la crítica.
“Es como si todos fuéramos armando un gran rompecabezas de América Latina, donde cada autor aporta una pieza distinta. La novela, cuando es fiel a sí misma, dice lo que solo ella puede decir”.