¿Museo = aburrido? ¡Para nada! Tu puedes visitar un museo sin aburrirte y hacer una experiencia emocionante si sabes cómo hacerlo.
La clave está en no entrar “a la deriva”. Antes de ir, revisa qué exposiciones hay y elige las que te interesen de verdad. No tienes que verlo todo, solo lo que te conecte.
Llega temprano, lleva ropa cómoda y no te satures: menos es más.